Lanzarote fue uno de los destinos de vacaciones que más me impactó, esa isla tiene algo mágico que te embruja y hace que tengas que volver.
Lanzarote es una de las islas más visitadas de Canarias y ella y los isleños reciben con los brazos abiertos a los visitantes de todas partes de mundo en cualquier temporada del año. En la isla destaca su paisaje volcánico y el color negro de la ceniza que contrasta con sus casitas de planta baja pintadas de color blanco.
De los lugares que más me impresionaron sin lugar a dudas uno fue el Parque de Timanfaya en donde comtemplarás un hábitat volcánico espectacular. Si puedes te aconsejo que hagas una excursión guiada que comprende la Ruta de los Volcanes y las demostraciones de sus anomalías geotérmicas. Es una curiosa demostración en la que observas como en un pequeño pozo, al arrojar una ramas secas en corto espacio de tiempo comienzan a arder por si solas. Al igual ocurre cuando se arroja agua en pozos y al contacto con la tierra caliente, es despedida en forma de vapor produciendo una especie de ”Geiser, ó incluso asar carne sin prender fuego en una parrilla.
Otro lugar que me causó una gran impresión fue Jameos del Agua y la Cueva de Los Verdes, si quieres ver como el arte y la naturaleza fusionan a la perfección estás en el lugar indicado, el creador de esta maravilla fue Cesar Manrique. En el interior del recinto hay un lago natural de auguas claras e insolitamente cristalinas.
De nuestra visita a Lanzarote no queremos olvidarnos de sus preciosas playas, las hay de arena oscura, de arena blanca, de auguas tranquilas ó con oleage pero sobre todo me entusiasmaron las playas de Papagayo y Famara
Si nunca has dado un paseo en camello es otro bonito recuerdo que te puedes llevar a casa de esta magnífica isla afortunada llamada: Lanzarote.