Si visitas el Taj Mahal antes debes conocer su bonita historia de amor.
Shah Jahan fue coronado rey en 1612 pero cuatro años después sufrió la peor tragedia de su vida. Su amada y fiel esposa, Mumtaz Mahal, no resistió el parto de un nuevo hijo.
La repentina muerte de su esposa al darle su decimocuarto hijo, la perla del Palacio, la favorita del rey Shah Jahan, lo dejo sumido en la más pura desolación. En su memoria construyó el mausoleo de Taj Mahal, con el que quiso ofrecerle el palacio y la corona que no tuvo en vida.
Veintidos años de construcción y aún hoy no se sabe quién fue exactamente el arquitecto del Taj Mahal. Se menciona el nombre de Ustad Isa, pero si este personaje existió o no, es pura conjetura. Lo cierto es que en Agra se reunieron las mayores riquezas del mundo: el mármol fino y blanco de sus paredes se trajo de las canteras de Jodhpur, jade y cristal de la China, turquesas del Tibet, lapislázuli de Afganistán, crisolita de Egipto, ágata del Yemen, záfiros de Ceylán, amatistas de Persia, coral de Arabia, malaquita de Rusia, cuarzo de los Himalayas, diamantes de Golconda y ámbar del océano Indico. En una curva del río Yamuna se construyó el increíble mausoleo.
El rey pasó sus últimos años prisionero en el Fuerte Rojo desde donde contemplaba el Taj Mahal, y no fueron suficientes para el olvido.
La leyenda dice que en su lecho de muerte, la reina le pidió a su rey que construyera en su memoria un monumento sin igual en el mundo… y lo logró!!!