Estado de Alaska, su capital es Juneau, donde el sol brilla las veinticuatro horas del día durante el verano. Se sitúa en la región Oeste, división Pacífico, de los Estados Unidos. Es el estado más grande en cuanto a extensión territorial (1.700.140 kilómetros cuadrados), pero el más pequeño respecto a su población de 710 mil habitantes, de los cuales 5.8% proviene de naciones hispanas o latinas.
Unas de las ciudades más grandes son Anchorage, Fairbanks, Sitka, Kenai, Kodiak, Ketchikan, Bethel, Wasilla y Homer. Se le reconoce por sus enormes extensiones de tierras no exploradas e impresionantes bellezas naturales. De su territorio total, 15% se ha declarado parque nacional, con imponentes glaciares y refugios de fauna salvaje donde habita, por ejemplo, el alce americano.
Debido a su gran extensión, el clima varía considerablemente según la estación y la región. Carece de una temporada lluviosa. El sureste recibe la mayor cantidad de lluvia, en tanto el clima soleado caliente es típico de los veranos del interior. Se clasifica como templado ártico, con áreas sumamente secas. Viven largos días de verano con noches frías de invierno. Cambia tan rápidamente que hay que estar preparado para cualquier eventualidad.
Su economía se basa en lo siguiente: pesca, producción láctea, cultivo de cebada, avena, heno, papas y lechuga; cría de animales, petróleo, gas natural, madera, oro y otros minerales, procesamiento de alimentos, tecnología aeroespacial, transporte y turismo.
Alaska es el hogar de más de 200 entidades nativas que aún habitan dispersas a lo largo de su territorio. Entre ellas existen cinco grupos distintos: los indios de la costa noroeste, los inupiaqs, yupiks, aleutianos y atabascanes.
El turismo constituye una gran industria en Alaska. Se destacan sus museos y sitios históricos y las 79 fuentes termales, de las cuales más de la mitad se encuentra a lo largo de la Alaska peninsular volcánica y de la cadena aleutiana.